Se habrán dado cuenta los escasos, erráticos y vagabundos lectores de este sitio, que venimos -como siempre- en una merma constante de posteos referidos a la cuestión que nos aúna, que no es otra más que los videojuegos. Muchas veces la vida nos trae complicaciones y es este pedazo del universo virtual el que viene a ayudar a nuestras podridas y putrefactas psiquis con un poco de calma absurda, pues no hay nada que nos relaje más que escribir lo que se nos canta y hacer lo que tengamos ganas de hacer.
En esto de hacer lo que uno realmente quiera solemos hallar muchos impedimentos, barreras inmundas que se interponen entre las pocas cosas que nos dan felicidad y nosotros. De esta forma es que surgen todos los cortocircuitos que habitualmente tenemos y que no podemos solucionar sopleteando nuestras mentes cual cartucho falopa de family, ni tampoco ingiriendo cantidades violentas de alcohol destilado mezclado con mocoreta helada.
Hoy encontramos unos minutos de paciencia en el psiquiátrico para sentarnos a reflexionar, nuevamente, en este destartalado y odiado sitio que está próximo a su tercer cumpleaños. Me hallaba surfeando en las zanjas de las redes sociales… otra vez, como si no supiera que todo lo que acontece allí es basura; y esta vez mi atención fue captada en el momento en que todo el mundo parecía hablar de algún tipo de conflicto con los docentes de nuestro país.
Para quiénes todavía no sepan, somos un sitio argentino, y este país se caracteriza por dos hechos que forman parte del folclore del verano argento: los cortes de luz y el ciclo lectivo que no arranca. Esto ultimo se debe a que en este país la profesión del docente es una de las peores pagas y de muy difícil desarrollo, tal como aprendimos en videojuegos como el Oregon Trail, donde la elección de la profesión ‘teacher’ hacia que comencemos con un nimio capital y todo se dificultase aun más.
Es en medio de esta crisis folclórica que el gremio convoca a constantes paros y el Gobierno, desconociendo de videojuegos como el Sim City o Hidden Agenda, que nos enseñan cómo lidiar con todo tipo de problemática de Estado, salió al cruce de lo mismos. Esto devino en un montón de idas y vuelta que un ludopharmaco poco puede comprender, pero lo importante es que un montón de idiotas de las redes sociales salieron con una campaña ofreciéndose como voluntarios para cubrir los días de paro.
Nos parece una total estupidez por más de una razón. Nosotros no cansamos de decir que somos sinceros y siempre nos dedicamos a hacer lo que siempre supimos: hablar de videojuegos. Si no seríamos como esos gordos periodistas deportivos, que jamás se subieron a un ring pero bien saben criticar al boxeador, manager, madre, tia y al hijo del pobre idiota que se calza los guantes. Y como no sabemos más que hablar de jueguitos, nos gustaría mostrarle uno relacionado a la situación escolar. Hablo del:
SKOOL DAZE
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