Beat Cop: «Policías, coimas y drogadicción»

Existen en la historia de la humanidad parejas conflictivas que siempre estuvieron unidas desde el inicio de los tiempos: los perros y los gatos, el trabajo y la vagancia, las viejas y la astrología, la política y los punteros y, por supuesto, la policía y la droga.

Todo ludopharmaco que se precie de serlo ha visto alguna vez en su vida a policías o expendedores de droga actuando de diversas maneras; o bien las fuerzas estaban matando a garrotazos a un perejil que vendía faso, o bien, el cobani se estaba despabilando de una jornada larguísima de trabajo con la ayuda del clásico nariguetín, expendido por su tranza de confianza. Y para conocer ese mundillo del hampa, los agentes de la ley, las mafias y las coimas por doquier, nada mejor que hacerlo a través de los videojuegos. El titulo que nos convoca hoy se llama:

BEAT COP

El juego salió en el 2016 y fue desarrollado por el estudio independiente Pixel Crow y publicado por 11 Bit Studio para Steam. Como ya pueden observar en la imagen que antecede, el juego hace uso de los pixeles para mostrar sus gráficos. Uno que está acostumbrado a ver infinidad de nuevos titulos que hacen abuso de lo retro, puede pensar a simple vista que Beat Cop hará lo mismo que el resto, pero la realidad es harto distinta.

Beat Cop es un juego que transcurre en la década de los 80, sobretodo, ambientado en aquellas series yankis policiales estilo La Ley y el Orden que en lo personal, jamás me gustaron y me parecieron siempre una terrible porquería. No así los documentales policiales que solía ver en Discovery, que solo me sirvieron para entender que el delincuente siempre es negro y jamás puede escapar de la ley, pese a que se borre las huellas digitales con un fierro al rojo vivo.

Nuestro personaje es el detective Jack Kelly y comenzamos de la peor manera. Atendemos un llamado de emergencia de un robo. Al llegar, Jack encuentra a un fiambre y la caja de seguridad abierta y vacía. Rápidamente nos hacen una cama y somos culpados de homicidio y robo, hecho por el cual nos degradan a Beat Cop, algo así como un poli de calle. De esta forma debemos patrullar la misma calle de Brooklyn una y otra vez, día tras día, para desarmar la trama de corrupción que nos llevó a caer al bajo mundo de los policías de a pie.

Apenas estemos en la calle, lo primero que notaremos es la belleza inigualable del arte pixelado que los diseñadores lograron crear. El pequeño mundo que crearon con sus peatones, negocios, autos que van y vienen, gatos y ratas, negros vende drogas y tanos mafiosos y tantos más pequeños detalles bellísimos, lo hacen a uno circular por esas veredas una y otra vez, sin cansancio. A simple vista, uno puede creer que lo que hay para hacer se acabará pronto dado lo «chico» del escenario, pero nada más alejado. Conforme avanzamos, la trama inicial se amplia cada vez más y el rango de acciones parece no terminar.

Nuestro objetivo principal es recolectar semanalmente una suma de dinero -que irá ascendiendo- para pasarle a turra de nuestra ex mujer. Paralelamente a eso, tenemos que hacer pequeñas misiones para demostrar que no fuimos nosotros quienes mataron a ese tipejo ni mucho menos nos robamos las malditas joyas.

Para comenzar a juntar algo de guita, debemos empezar con la tarea básica de un policía: hacer multas y romper las pelotas. Nuestra labor consistirá fundamentalmente en cumplir con la cuota diaria de infracciones. Podremos multarlos de tres maneras distintas: por estacionar mal, por los faros rotos o las cubiertas gastadas. Este tipo de accionar será nuestra forma clásica de adquirir dinero… pero no será la única.

Otra forma de recaudar será bajo las clásicas y archiconocidas coimas. Podemos aceptar sobornos a la hora de multar a algún conductor; este nos propondrá aceptar algún billetin. Otra manera será, también, haciéndonos los boludos ante determinados hechos que realizarán la Mafia o El Equipo, quiénes junto con la Policía, serán los tres bandos del juego. Cada acción que hagamos repercutirá en nuestra relación con cada uno de ellos. 

En esa hermosa calle hay varios negocios y personajes con los que interactuar. Los locales tendrán distintas implicaciones en la trama, que dependerán siempre de las acciones que vayamos tomando. Estas, a su vez, estarán fuertemente influenciadas por nuestra relación con los dos bandos enfrentados: La Mafia y el Equipo.

Los mafiosos están encarnados, por supuesto, por un gordo que tiene una pizzería y que se dedican fundamentalmente al negocio de las drogas y la gastronomía. Su local es tanto fachada como negocio real.

El bando contrario es el Equipo -pésima decisión de traducción- y son negros. Estos cabezas de tacho tienen su base de operaciones en una casa de empeños bastante turbia. Se dedican al robo, la venta de drogas en la calle y regentean algunas prostitutas.

Mi superioridad racial y la sangre italiana que corre por mis venas me impide genéticamente aliarme con esos cavernícolas, hecho por el cual en mi partida soy mas amigo de los tanos que de los negroides.

Acá pueden ver mi superioridad racial imponiéndose sobre ese negro delincuente

A medida que vayamos pasando los distintos días, nuestra relación entre estos tres -Policía, Mafia y Equipo- se irá tensando o aliviando depende nuestra accionar. Si ponemos multas sin ton ni son, descuidamos nuestro barrio de los asaltantes, nos encuentran infraganti con prostitutas o dealers, perderemos puntos con la Policia; si metemos en cana o entorpecemos el accionar de la Mafia o el Equipo, sucederá lo mismo. Lo importante a saber es que no podemos ser totalmente fieles a un bando u otro. Por ejemplo, si somos muy amigos de la Mafia pero estamos siempre detrás del Equipo, llegará un punto en que estos negros sucios vendrán a buscarnos para cagarnos tiros.

Las tareas que nos indiquen tanto la Mafia como el Equipo serán de lo mas variadas. Por ejemplo, una muy divertida de la Mafia consiste en buscar a determinado miembro del Equipo, que va a dejar un maletín lleno de farlopa en un auto. Debemos perseguirlo, ver en que departamento entra, volver a dicho lugar cuando el tipejo se haya ido, buscar dentro el maletín y dejarlo en un auto del Equipo, y luego revisarlo como Policía para así meterlos en cana. Una entongada digna de la  Bonaerense.

Hay muchas cosas más para decir de este juego, pero ya se me acaba el tiempo de la libertad condicional y prefiero utilizarlo para seguir jugando a esta pequeña y hermosa obra de arte. Tal vez en algún momento pongamos el link para descargarlo de manera pirata, como siempre hacemos. Les recomiendo que lo prueben, ya que es un juego hermoso, muy atrapante. En mi caso no me interesa tanto la historia ni saber si este policía pedorro es o no culpable, sino que me dejo llevar por el hermoso ambiente pixelado que lograron generar.

Les dejo una última imagen de juego que retrata bien mi situación actual.

Saludos,

Esteban Torre